LA VOZ DE GALICIA
La casa que puso en pie de guerra a la aldea de Vilarchán
Los Domingos de La Voz pulsa la opinión de los habitantes del poblado gitano de O Vao, en Pontevedra, y de los vecinos de la aldea de Vilarchán, que no quieren que una familia del barrio chabolista se instale en la localidad
Esto es como lo del botellón. Todos estamos de acuerdo en que no está bien dónde está, pero si la nueva ubicación está en mi barrio, va a ser que estaba mejor en el Campillo. Y es normal. Es normal que nadie quiera tener por vecinos a personas que en su CV aportan varios años de experiencia como "reposicionador de supermercado de sustancias alucinógenas". Y seguro que pagarán justos por pecadores y es altamente probable que "no son todos los que están" pero no se le puede reprochar a la gente que si un animal tiene cuatro patas, hocico, rabo y además ladra piensen que se trata de un perro.
Los prejuicio (que los hay y mucho en la sociedad) no son más que la expresión negativa de un mecanismo de defensa que el "homo sapiens" ha desarrollado a través de la evolución: tomar decisiones con un número limitado de elementos que le permitan pronunciarse ante una amenaza determinada.
Hacer proselitismo barato cuando los problemas se ven de lejos es fácil pero si estos mismos problemas se plantean en nuestros barrios a veces las cosas adquieren un tinte distinto...
La casa que puso en pie de guerra a la aldea de Vilarchán
Los Domingos de La Voz pulsa la opinión de los habitantes del poblado gitano de O Vao, en Pontevedra, y de los vecinos de la aldea de Vilarchán, que no quieren que una familia del barrio chabolista se instale en la localidad
Esto es como lo del botellón. Todos estamos de acuerdo en que no está bien dónde está, pero si la nueva ubicación está en mi barrio, va a ser que estaba mejor en el Campillo. Y es normal. Es normal que nadie quiera tener por vecinos a personas que en su CV aportan varios años de experiencia como "reposicionador de supermercado de sustancias alucinógenas". Y seguro que pagarán justos por pecadores y es altamente probable que "no son todos los que están" pero no se le puede reprochar a la gente que si un animal tiene cuatro patas, hocico, rabo y además ladra piensen que se trata de un perro.
Los prejuicio (que los hay y mucho en la sociedad) no son más que la expresión negativa de un mecanismo de defensa que el "homo sapiens" ha desarrollado a través de la evolución: tomar decisiones con un número limitado de elementos que le permitan pronunciarse ante una amenaza determinada.
Hacer proselitismo barato cuando los problemas se ven de lejos es fácil pero si estos mismos problemas se plantean en nuestros barrios a veces las cosas adquieren un tinte distinto...
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