sábado, 5 de enero de 2008

Año de elecciones...

El 2008, entre otras cosas, nos traerá un año de elecciones generales. Será la segunda oportunidad para un pontevedrés (de juventud, no de nacimiento) para optar a la Moncloa.
A nivel nacional el partido en el poder se encuentra con unos indicadores económicos de inicio de año que no les están precisamente ayudando cuando aún no se habían recuperado del dolor de cabeza que los problemas del AVE barcelonés les está dando. Por si esto fuera poco, la ruptura de la tregua de ETA cuando el gobierno había apostado por una política claramente de diálogo les ha obligado a última hora a abanderar una posición en la que todavía no se encuentran muy cómodos y donde el partido de la oposición ha hecho gala de un dominio en muchos sectores considerado excesivo.
En lo que se refiere a nuestra ciudad, después de las elecciones municipales del pasado mayo el PP ha roto con una tendencia de varios años a la baja con el candidato estrella venido del Silgar (aunque muchos consideran que el aumento de votos fue más debido a la capacidad del Bloque para perderlos que a la de Telmo para captarlos).
El PSOE, ganador en las últimas elecciones también en nuestro municipio, deberá demostrar que aquello no fue efecto directo de lo acaecido dos días antes y que además, saben sacar rédito político de ejercer el poder tanto a nivel estatal como autonómico.
En lo que se refiere al Bloque, uno de los grandes derrotados en las generales del 2004, podrán ver si su cohabitación con su socio de gobierno les resulta ventajosa (y aprovechar el tirón de su apoyo a la polémica ministra en día de su reprobación en el Congreso).
En definitiva nos esperan unos intensos meses a nivel político en donde nuestros representantes deberán mostrar lo mejor de si para los indecisos (no olvidemos que las elecciones las deciden los que cambian de voto, no los del partido de toda la vida y no lo digo yo, lo dice la estadística).

domingo, 30 de diciembre de 2007

Pequeño gran hombre...


GALICIAE



Xosé Cuíña fue un político muy relacionado con nuestra ciudad. Lo fue debido a los doce años que pasó como inquilino de primer rango del pazo de la Diputación Provincial de Pontevedra, pero no lo fue menos por sus relaciones, no siempre afables, con distintas personalidades de la vida política pontevedresa. Son muchos los que recuerdan sus inicios cuando frecuentaba la capital en busca de los apoyos necesarios que le diesen la presidencia de la diputación. El por entonces alcalde jugó un papel clave en esta designación.

Cuíña era un político peculiar, encarnaba a la vez lo mejor y lo peor de un tipo de política muy arraigado a nuestra historia. Por sus orígenes acercó la política a la calle, al pueblo, a la aldea. Por sus orígenes consiguió dar al PPdG una cierta autonomía y poder de decisión dentro de un partida fuertemente centralizado. Representaba el político cercano de trato, con encanto y que entendía a la perfección el arte de ganarse voluntades y afectos.

Seguramente es también a causa de sus orígenes que entendía la política como un juego en el que los distintos participantes estaban contigo o contra ti, independientemente del color político, y que veía los favores de hoy como una garantía de compromisos del mañana.

También entendió mejor que nadie que en política hay momentos en los que por encima de todo debe estar la perspectiva, y eso le hizo avanzar en momentos claves. Xosé Luis Barreiro, hombre con el que tuvo una profunda amistad, fue testigo privilegiado de esto. Finalmente, fue víctima de esta misma perspectiva a través del que durante muchos años fue su mentor.