sábado, 2 de febrero de 2008

El puente que nos separa...


FARO DE VIGO




El gigantesco colapso afectó a miles de vehículos y obligó a desviar el tráfico por la carretera nacional




(*) 9 de agosto de2007 >> seis heridos, dos graves en un accidente en el puente de Rande

(*) 19 de octubre de 2007 >> un derrame de gasoil provoca un accidente múltiple en Rande

(*) 7 de enero de 2008 >> dos accidente múltiples colapsan la autopista a la altura de Rande

(*) 8 de enero de 2008 >> El incendio de un coche en Rande colapsa por segundo día el acceso a Vigo

(*) 1 de febrero de 20 08 >> dos contenedores que caen de un camión en Rande cortan una hora la autopista

Esto no es más que una pequeña muestra que los periódicos reflejan. La punta del iceberg de una realidad que nos trae a diario decenas de incidentes que ponen en riesgo el frágil equilibrio de una de las arterias del sur de Galicia. Y no ha hecho más que empezar. Son 60.250 vehículos de media (25.000 más de lo recomendado para 4 vías) que atraviesan a diario un puente que en su día fue modelo de la ingeniería civil de la época pero con el paso del tiempo se ha convertido en un verdadero embudo y único camino para miles de coches que no tienen ninguna otra alternativa lógica para pasar de un lado al otro de la ría...


La mala previsión de unos gobernantes que se preocupan más por traer un tren de alta velocidad que de consolidar una infracturas mínimas, ha ocasionado un problema cuya solución (ampliación del puente y nueva autovía) ya llega tarde aún en el hipotético caso de que se cumplan los plazos anunciados...


Y a todo esto muchos pontevedreses que nos desplazamos a diario a Vigo que además de pagar un mínimo de 100 euros al mes debemos soportar los males de una vía que puede ser muchas cosas pero lo que desde luego no es, es una carretera de alta capacidad. Esto agravado desde que el peaje se ha levantado para algunos, porque en lo que se refiere a los habitantes de esta ciudad pagamos ahora más por unos servicios claramente más precarios. Creo que un incidente aislado que te haga perder un día el avión o llegar tarde al trabajo es algo que cualquier ciudadano puede entender, pero pagar por una vía de acceso rápido que tiene más días con incidencias que de normalidad, empieza a sonar a cachondeo. Y si ya lo es cuando esto ocurre en vías financiadas con nuestros impuestos qué decir tiene cuando por encima en la vía en cuestión nos dejamos varios euros cada vez que nuestro OBE suena... Tristemente aún nos queda mucho que oir sobre este asunto.

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